Por María Luisa y Juan Francisco Vélez
Fundadores de @protegetucorazonint
Hace poco, una mamá nos compartió algo que la dejó helada. Su hijo de 10 años, muy serio, le dijo:
—Mamá, ¿sabías que si una niña te manda nudes es porque quiere que tú le mandes también?
Ella se quedó sin palabras. Le preguntó:
—¿Dónde escuchaste eso?
—En TikTok —respondió él, como si hablara de algo absolutamente normal.
Hoy, Google ya no es la fuente principal de información de tus hijos. Ellos le preguntan TODO a TikTok, a YouTube Shorts, a sus amigos… o a ChatGPT. Desde “¿cómo se hacen los bebés?” hasta “¿qué hacer si una niña no quiere besarte?”.
Y si tú no hablas con ellos primero, estas plataformas lo harán por ti.
¿Hablar de sexo? ¡Ay, qué difícil!
Muchos papás nos dicen:
—“Mi hija todavía juega con muñecas”
—“Mi hijo solo piensa en fútbol”
—“Prefiero esperar a que me pregunten”
Pero la realidad es esta: los niños tienen curiosidad desde pequeños. Y si tú no les das respuestas claras, ellos las buscarán en otro lado.
No se trata de “la gran charla” como si fuera una plática solemne y única, sino de muchas microconversaciones, cotidianas y sin drama. A veces en el coche, otras en la cocina, o en cualquier momento inesperado.
Lo importante es que tus hijos sientan que pueden hablar contigo sin miedo.
No confíes ciegamente en los filtros
Algunos padres creen que YouTube Kids o el control parental ya resuelven todo. Pero la verdad es que los niños están a dos clics de contenido sexual, violento o profundamente confuso. Muchas veces, ni siquiera lo buscan: simplemente les llega.
La mayoría de los niños ve pornografía por primera vez entre los 10 y los 12 años. Y eso les muestra una visión distorsionada del cuerpo, del amor y del sexo.
Luego nos preguntamos por qué no saben respetar, por qué se vuelven adictos, o por qué tienen relaciones vacías, sin sentido ni afecto.
Tú eres su mejor fuente
No necesitas saberlo todo. Solo necesitas estar ahí: escuchar, orientar, hablar desde el corazón.
Mamá, papá, no le tengas miedo al tema. Tú eres la fuente confiable que tus hijos necesitan.
Recuerda que todo vacío tiende a llenarse. Si tú no les das respuestas claras, ese espacio será ocupado por información incompleta, errónea o peligrosa, que solo aumentará su curiosidad natural.
No permitas que TikTok o un chatbot les enseñen sobre el cuerpo, el amor, el sexo o la vida.
Pon esta frase en un lugar visible y no la olvides:
Más vale llegar un año antes… que un minuto después.